lunes, 24 de septiembre de 2012

Mundo condimentado

Hummus (árabeحمٌصhebreoחומוסgriegoΧούμους) = garbanzo



Lo que para alguien del otro lado del mundo es un sabor cotidiano y tradicional, para mí puede ser un descubrimiento para el paladar.

El mundo en el que vivimos, variado, cambiante y condimentado, está también globalizado. Hoy existen nuevas tecnologías que nos conectan de un país a otro al instante. El resultado: viajamos más allá de nuestros orígenes y de lo que estamos acostumbrados a saborear, a países lejanos, incluso del otro lado del océano.

Gracias a la comida también podemos hacer este viaje instantáneo hacia otras tierras, pero, a diferencia del Skype, chat o bbm, el viaje es completo. Hoy, por ejemplo, la comida de Medio Oriente nos regala un sabor suave, perfumado y de textura cremosa que nos conecta con momentos de allá lejos, sin depender del ancho de banda. 

Este viaje instantáneo es para todos.  ¿Por qué no animarse saborearlo de lo lindo?




domingo, 16 de septiembre de 2012

Hay para todos

Cocinero estrella: mi tío Tadeo. Plato: Carne al disco con zanahoria, zapallo, cebolla, morrón, arvejas y verdeo, acompañada con papas hervidas. Lo importante de estas preparaciones está en incorporar cada ingrediente en el momento justo para no quedarnos cortos ni pasarnos con el tiempo de cocción.

Qué linda es la sensación de abundancia. Cuando ponemos muchas cosas en una olla a cocinar durante un rato largo, el fuego se empieza a rodear, mágicamente, de cazuelas vacías y varios "mmm....". Y siempre se puede servir una cazuela más, mágicamente, no vemos el fondo de la olla.

En la última reunión familiar festejábamos el cumple de Magdalena, mi tía que vive en la Patagonia junto a mi tío Tadeo y sus 5 hijos. Cada vez que vienen de visita traen aires de paz, alegría y generosidad. No me olvido de la abundancia que se podía ver, oler y tocar en su casa en Trevelin, Esquel. Más de una vez me tocó cosechar en su enorme jardín todo tipo de frutos de la tierra: zanahorias, frutillas, frambuesas, papas, zapallo. Aunque terminábamos un poco cansados, el disfrute era el doble a la hora de comer.

La naturaleza es sabia: luego de sembrar y cuidar la tierra, nos entrega en cantidad sus frutos. Cada vez que toca reunión familiar me invade esta misma sensación. La familia es ese regalo que nos da la vida. La compañía, la escucha, el interés por el otro, abundan y siempre están ahí. Somos parte de un todo, un brote en un árbol genealógico cuyas ramas no paran de crecer. 

¡Disfrutemos de la comida en familia, y de nuestra familia mientras comemos!





domingo, 9 de septiembre de 2012

Dos por uno


"El Dormitorio" (Arles, Francia. 1889), Vincent Van Gogh.

Dicen que cuando Vincent Van Gogh pintó este cuadro estaba a la espera de su amigo, el pintor Paul Gaugin, que vendría desde París para pintar con él. Sumado a todas las características tan personales con las que pintaba y plasmaba su visión de la vida, Van Gogh "duplica" varios objetos en este cuadro. Dos sillas, dos puertas, dos almohadas, dos jarras, y les dejo algunos más para que los descubran ustedes. Quizás reflejo de las ganas con las que esperaba a su amigo, la ansiedad por compartir con él su cotidianeidad y hacerlo sentir lo más cómodo posible.

Cuando esperamos a alguien, para comer por ejemplo, preparamos la escena y hasta nos adelantamos a imaginar donde se sentará el otro. Esta especie de ansiedad de base nos mueve a ocuparnos de todos los detalles para que nuestro invitado tenga todo lo que necesita y se sienta bien recibido, cómodo y sobre todo esperado.

Dos platos de ñoquis, dos vasos de agua con limón, dos tapitas, dos queseras. El almuerzo con Clari este domingo me hizo acordar a Vincent anticipando la llegada de su amigo para compartir momentos con él.



Ñoquis soufleé con crema de hongos






domingo, 2 de septiembre de 2012

Transformación

Morrón asado: quemar el morrón en la hornalla de cada uno de sus lados y pelarlo bajo el chorro de la canilla, eliminando la cáscara quemada

"Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto."
La Metamorfosis, Franz Kafka

Cuando cocinamos, transformamos el alimento. Cambiamos su textura, color, sabor, olor... y aunque a la vista algunas cosas parezcan deterioradas, están listas para disfrutar. A su vez, un plato de comida no nos deja igual que antes; nos cambia, nos altera, nos transforma. Como Gregorio que, ni bien se despertó, se dio cuenta de que nada volvería a ser como antes.